Trabajo presentado en el marco del IV Congreso Internacional Marplatense de Psicología, con fecha el día 5 de Diciembre del 2009, Argentina.
Por: Claudia P. Bernal Hernández y Omar Méndez Castillo
El interés por realizar este trabajo surge a partir de nuestra experiencia como “Analistas” en formación desde dos posibilidades: la Universidad Autónoma de Nuevo León en la Ciudad de Monterrey, México y en la Universidad Nacional de Mar del Plata, en la cual estamos hoy aquí apreciando la oportunidad de converger en cuatro seminarios correspondientes al segundo cuatrimestre de la Maestría en Psicoanálisis.
Tenemos pues, puntualmente, dos universidades “públicas”, dos países, del mismo idioma aunque no del mismo lenguaje, también dos culturas similares pero principalmente dos sociedades donde el Psicoanálisis no fue, por mucho, igual de transmitido y recibido, y sin embargo conservando un fuerte nexo entre ambas.
A raíz de esto nos hemos replanteado la posibilidad de indagar sobre la función, transmisión y posición en la que se encuentra el sujeto llamado “Analista” hoy en día, tanto en la pre-historia como en su devenir, apresurándonos al esclarecimiento del camino incesante del conocimiento.
Empecemos con un recorrido conocido pero necesario:
A partir de 1886 Freud comienza a trabajar con Charcot y sus “histéricas”. Es en ese momento donde emprenderá la dificultosa tarea de elaborar una teoría capaz de constituir al Psicoanálisis, la teoría del inconsciente. Con el paso del tiempo y de su praxis Freud reuniría experiencias a partir de las construcciones y rectificaciones de acuerdo a los avances o trabas que veía en la clínica. De igual manera la Filosofía aportaría a la concepción del “Yo”; desde Descartes hasta Hegel, pasando por Kant así como los seminarios cursados con Brentano donde paso a paso se introducía a la Metafísica, ciencia crucial hacia la primera concepción del Psicoanálisis como Filosofía. Serían también la medicina y la vasta literatura universal parteaguas fundamentales de aquella no tan remota construcción, que no era pura en conceptos ni estrictamente propia de Freud. Se marcará pues como inicio del psicoanálisis, la publicación de “La Interpretación de los Sueños” con una edición de 1905 (1ª. 1989) para comenzar el siglo.[i]
¿Estamos aún asimilando esas primeras ideas de formación Psicoanalítica? ¿Cuál es el medio de transmisión que hoy se presenta de la teoría?
Sería importante hablar sobre la formación del analista en los tiempos Freudianos, sin embargo y bajo la idea popular que se tiene de eso, nos adentraremos más a la situación actual, resaltando que, para los tiempos de Freud, era de suma importancia, para ser analista, primeramente ser Médico.
Conjugado en nuestro tiempo, son curiosos los casos de Psicoanalistas con formación Médica, habría que destacar que en el exilio de la primer generación de Psicoanalistas Freudianos, fueron cómplices de formación del Psicoanálisis tanto de Abogados, Filósofos, escritores, entre otras profesiones, considerando esto, como un pasaje curioso de nuestra prehistoria.
Al día de hoy, la mayor parte de la formación, se vende precedida de la carrera de Psicología, e implica no sólo un conocimiento previo, sino una filiación necesaria. Recordemos pues lo qué Freud transmitía a su grupo de los miércoles por ahí de 1905 donde encontramos una formación dirigida mayormente por su Fundador.
Sin embargo al paso del tiempo la disciplina creció y se extendió a fecha que es difícil que todo converja en un solo pensamiento. Ya en 1997 René Major en su “Convocatoria a los Estados Generales del Psicoanálisis”, Proponía: “… Abrir un espacio que implique una interrogación crítica de los modos de formación, de enseñanza, de transmisión y de organización institucional del Psicoanálisis”.
Recordemos que Freud, nos recomienda varias condiciones para trabajar como analistas: Análisis de sueños, análisis personal que en el caso de su grupo, todos eran analizados por él y a su vez el grupo analizaba a los que iban ingresando[ii] genealógicamente. También en los ya conocidos textos “Consejos al Médico y Psicoanálisis Salvaje”. Se nos presentan situaciones de “no hacer” para mantener la veracidad de la técnica.
En el año de 1925 se institucionaliza la supervisión de caso previamente mencionada por Freud en 1919. Es curioso pensar que hace unos días escuchábamos toda una mesa de trabajo referida a la supervisión donde la conclusión general fue el desconocimiento general de la función específica de la misma.
Actualmente el que se encuentra en formación en una institución requiere de análisis, supervisión y formación teórica, como requisito indispensable. Habría que destacar que la formación en nuestro país encontramos que la practica forma parte de la currícula, e incluso con entrevistas preliminares de aceptación; en Argentina sin embargo es distinto el proceso y pareciese que a nadie le incomoda. ¿Las dos son formaciones válidas?
Dentro de la formación del analista escuchamos de profesionales que se autonombran “Analistas”, y no necesariamente pasan por una institución y por tanto por recomendaba la asociación libre, la atención libre flotante, la no anotación, la neutralidad, así como el diván, elementos que al parecer se conservan aún en la actualidad, aunque más a manera de dogma que de praxis. En estos tiempos tal vez ya no vemos tratamientos de seis días a la semana, o con un diván, eso ha tenido que modificarse pero se mantiene elementos básicos: el ICC y la trasferencia con sus variantes de trabajo. Podemos encontrar prácticas convocadas con tintes Psicoanalíticos dentro de las instituciones, donde se exenta, por ejemplo el diván y se anula la no anotación. Inclusive la formación de grupos operativos, donde se factura con criterios Psicoanalíticos, pero grupalmente se anexan diversas variantes.
Sería momento de plantearnos lo siguiente: ¿Acaso aquellas propuestas realizadas por Freud, han evolucionado, mutado o se han extinguido según la modificación de la cultura y la época?
En el diverso mundo del Psicoanálisis hay corrientes que como ejemplo, manejan la neutralidad desde otra búsqueda, como en el caso de la escuela Inglesa, principalmente con Winnicott. Síntoma de la evidente diversificación Psicoanalítica. Aunque valdría recordar lo que Freud cita en Esquema del psicoanálisis: ¿Qué garantías tenemos, durante nuestro trabajo con las construcciones, de que no andamos errados y ponemos en juego el éxito del tratamiento por defender una construcción incorrecta?.
No sería aberrante entender entonces que teorías terapéuticas como la Gestalt ó la Psicoterapia parten de una estructura Psicoanalítica y que justamente fue la falta de filiación o de diferencias inconciliables (cual divorcio) provocaron el nacimiento de una nueva escuela, pero entonces ¿De cuantos Psicoanálisis hablamos? ¿Cada Analista ejecuta un Psicoanálisis diferente?
Comenzaría entonces una época de ilustres movimientos Psicoanalíticos, se publicarían libros, revistas y se consolidarían congresos y simposios con el fin de promover y enriquecer a los allegados al movimiento iniciado por Freud.
[i] . Vega Ávila, José Ramón. Freud en los comienzos: Dificultades y procesos en los inicios de la obra freudiana. Nuevas perspectivas para pensar en la sexualidad infantil, la fantasía y el Icc, y su lugar en la historia del psicoanálisis. 1ª. Ed Plaza y Valdés S.A. DE C.V. México D.F. 2006
8 Jauss, H.R. (1981) Estética de la recepción y comunicación literaria.
9 Dagfal, A. (2004) “Para una estética de la recepción de las ideas Psicológicas”, Revista de Historía de la Psiquiatría “Frenias”
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