Ernesto Guevara de la Cerna, de gentilicio Rosarino (Argentina) nacido un 14 de Junio de 1928 y muerto en La Huigura (Bolivia) el 9 de Octubre de 1967. Ilustre guerrillero “castrista”, escritor y médico Argentino-Cubano. Poeta, libertador, pensador, y un sinfín de elogios post-mortem. Pero, ¿en realidad quién era el famoso “Ché” Guevara?.
Era como todos: un humano, errante e irónico, incongruente, sumamente ideológico y obstinado (ecuación que a la postre lo enterraría). Machista, mujeriego y enamorado, un sujeto de armas tomar, pero principalmente era un actor, por lo que a continuación, haré un pequeño recuento de su obra.
Desde sus “pininos” escolares formó parte del montón de alumnos que no sacaba buenas notas, sin embargo aportaba grandes ideas y contrariedades al docente en turno.
Siempre fue inquieto, salió de casa desde muy joven y se abalanzó sobre América Latina para comenzar el mito del Jovenzuelo que sin afán de lucro ayudaba a cualquier trabajador sometido por el amo capitalista. Más no todo fue así. Acerca de los discursos de las injusticias laborales que Ernesto emitía cabe recalcar lo ciertos que fueron, contrario al sometimiento al que incluía a los trabajadores cubanos cuando como Ministro de Economía reprochó a los trabajadores de las azucareras de cobardes, traidores y yankees al querer en-huelgarse para solucionar problemas laborales.
En ese mismo cargo y escribiendo para la aún existente revista “Granma” (www.granma.cu) encolerizó contra las huelgas y las facilidades para discernir las jornadas laborales, tomando como medida nacional, llevar a cabo las llamadas jornadas “hombro a hombro”, donde los trabajadores incluidos los jefes ó patrones de las zafras azucareras trabajarían jornadas extras y sin paga, con el fin único de concientizar.
Curioso que a fechas “modernas” el estandarte del “Ché” sea utilizado para el empoderamiento de estudiantes y trabajadores en contra de las injusticias, como ejemplo un botón; la playera utilizada por el “Mosh” durante la extenuante huelga en la UNAM en los 90. Seguramente el “Ché” lo hubiera puesto a estudiar o lo hubiera fusilado en el auditorio de su mismo nombre.
De sus “Diarios de motocicleta” se sabe que buscó trabajo arduamente, sin embargo ante la crisis de América Latina y su precaria formación se tuvo que valer de estafas, conquistas y mentiras para sobrevivir. Cómo Médico siempre fue un buen oyente, nunca intervino quirúrgicamente, y sus conocimientos se valían en medicar a base de “aspirinas”. En aquel recuento sobre su presencia en el hospital de leprosos, fungió excelsamente como acompañante terapéutico.
Dos aspectos más sobre su medicina:
1.- Nunca terminó sus estudios en la Universidad de Buenos Aires y sus actas desaparecieron, según investigaciones realizadas por: Fernando Díaz Villanueva para su libro: “Grandes Biografías Ilustradas.- Ché Guevara” Editorial DASTIN EDICIONES, 2004, España. (Por cierto, altamente recomendable)
2.- Su único nombramiento oficial como Médico fue por parte de Fidel Castro quién lo nombró Médico oficial de la guerrilla en Sierra Maestra, donde dicho sea de paso tuvo que elegir entre un fusil y la mochila de medicamentos, dejo a su criterio la elección que el “Ché” tuvo.
Desde siempre fue considerado por las “femmes” como apuesto y atractivo, parte de su galantería radicaba en la caballerosidad con la que había sido educado. En su andares por México conoció a Hilda Gadea (donde también conoció a Fidel Castro) el 18 de agosto de 1955. Hilda Gadea era una economista y dirigente peruana del APRA.
Juntos engendraron una hija, Hilda Beatriz Guevara Gadea. Cabe destacar que la unión con Hilda Gadea siempre fue de comodidad para Ernesto quien vivía a costa del dinero y vida política de ella. Como dato curioso cuando vio el rostro del producto de esa unión, no tuvo más remedio que aludir el parentesco de su hija con Mao Tse-Tung, líder chino.
Ernesto Guevara se divorció de Hilda Gadea en 1959. Luego de la Revolución Cubana, Hilda radicó en Cuba donde desempeñó altos cargos. Escribió un libro sobre su ex esposo con el título de “Ché Guevara: los años decisivos (México: Aguilar Editor, 1972)”.
El segundo matrimonio fue con Aleida March Torres, quien era militante cubana del Movimiento 26 de Julio de la provincia de Las Villas, a quien Guevara conoció en 1958 cuando desarrollaba su ofensiva final sobre el régimen de Batista poco antes de la batalla de Santa Clara. Juntos tuvieron cuatro hijos: Aleida, nacida el 17 de noviembre de 1960, Camilo, nacido el 20 de mayo de 1962, Celia, nacida el 14 de junio de 1963, Ernesto, nacido el 24 de febrero de 1965. Ernesto Guevara, tuvo también un hijo fruto de una relación extramatrimonial con Lidia Rosa López: Omar Pérez, nacido el 19 de marzo de 1964 y aunque no fue reconocido el Che, le eligió el nombre.
De la relación de Guevara con Castro, de sus andares guerrilleros y de sus logros socialistas en la Cuba, no escribiré, ya que doy por un hecho el conocimiento –por vago que sea- que todos tenemos de esos momentos históricos.
Toca el lugar al “Ché” enamorado; de los viajes, de la vida, de Castro (a quién le dedicó una canción de amor y un poema de su autoría), de las mujeres, y su gran pasión, las guerrillas.
Después de las vicisitudes que Castro tuvo con Guevara a quien lo percibía como una amenaza para sus planes (debido a la insistencia del “Ché” de libertar toda Patria cercana a la Isla), Fidel no tuvo más que encargarle trabajos que lo mantuvieran fuera del país, desde visitas a la URSS con fines de diálogos y convenios militares así como nombrarlo representante de Cuba ante las Naciones Unidas donde deleitó con delirantes y marxistas discursos a los presentes. Sin embargo Guevara no se sentía cómodo, reconocía (tarde) que él no era ni político, ni dirigente, ni burócrata, que lo de él era la guerrilla. Había intentado aliarse con Argentina y con Bolivia, donde había tenido diferencias con los grupos comunistas locales, por lo que tuvo que abortar esas tierras.
Para esos años (los 60) en África se desataba una lucha de liberación contra el colonialismo y la explotación dirigida por las grandes potencias imperialistas del planeta. Muchos se revelaron inspirados, por ejemplo, de la lucha de la Revolución Cubana contra el imperialismo norteamericano. Los países imperialistas dirigidos en su mayor parte por los EE.UU. apoyaron moralmente y financiaron a todos los gobernantes corruptos, a todos esos verdugos y títeres de sus intereses.
Al ver éstos en peligro, los países imperialistas pusieron sus maquinarias de represión en marcha. En este tiempo con las órdenes de la CIA fueron sangrientamente asesinados muchos socialistas, comunistas, progresistas y sencillos nacionalistas, entre muchos otros.
Al final del año 64 el valiente comandante “Che” Guevara se integraría en las fuerzas de liberación como guía y entrenador militar en la región que se conoce hoy como el Congo por la lucha contra la injusticia, el colonialismo y la explotación. Lamentablemente el Congo no era la Sierra Maestra, y el “Ché” sin inteligencia ni método alguno en el arte de la guerra, llevó a la muerte a más de 300 cubanos y miles de africanos.
Un “Ché” Guevara cabizbajo y derrotado paso por Tanzania y Praga antes de regresar a la Cuba ya de Fidel solo para planear lo que sería su último intento de libertar: Bolivia.
Para ese entonces Ernesto Guevara de la Cerna tenía una gran fama a nivel mundial por lo que las oligarquías de países cercanos a Cuba se habían tomado la molestia de evitarle el paso llanamente por subversivo.
Por parte de Cuba, veía partir a un hijo prodigo pero aferrado, sin futuro y sin orden. Fidel se reunía por última vez el 21 de Julio de 1966 con él, dejándolo ir a que se encontrará con su destino. Más tarde el 13 de Octubre del mismo año, Fidel daba lectura a la carta de despedida del “Che”, la cual aún se duda de su veracidad, donde Ernesto, dentro de otras cosas renuncia al partido comunista de Cuba, le pide a Fidel que vele por los intereses de sus hijos y esposa, sin darle más que lo que el estado les da y donde también inmortalizaría la tan conocida frase: “Hasta la victoria siempre, ¡Patria o Muerte! Te abraza con todo fervor revolucionario, Ché.”
El 2 de Noviembre de 1966, Ernesto vió por última vez a sus hijos y partió a Bolivia donde entró bajo documentos falsos, con el nombre de Ramón, pelándose la cabeza y usando lentes de pasta.
Bastaron no más de 2 años para que las precarias condiciones de su guerrilla, la escasees de gente, el poco apoyo de campesinos (factor clave en Cuba) y las decisiones equivocadas mermaran la misión.
El 8 de octubre fueron sorprendidos en la Quebrada del Yuro. El Guevara ordenó dividir el grupo en dos. Enviando a los enfermos delante y quedándose con el resto a enfrentar las tropas del gobierno. Luego de tres horas de combate el “Ché” resultó herido levemente en una pierna y capturado con Simeón Cuba mientras que tres de sus hombres perdieron la vida. Otros cuatro guerrilleros fueron perseguidos y murieron en el “Combate de Cajones”, cuatro días después. Algunos guerrilleros lograron salir de Bolivia hacia Chile, no sería la suerte del “Ché”.
En el combate de Quebrada del Yuro, Guevara fue herido de bala en su pierna izquierda, hecho prisionero junto con Simeón Cuba y trasladado a “La Higuera” donde fueron recluidos en la escuela, en aulas separadas. Allí colocarían también los cadáveres de los guerrilleros muertos y también sería recluido al día siguiente Juan Pablo Chang. Entre las pertenencias secuestradas por los militares estaba el Diario que el “Ché” llevaba en Bolivia.
El 9 de octubre por la mañana el gobierno de Bolivia anunció que Ernesto Guevara había muerto en combate el día anterior. Simultáneamente llegaron el coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA Félix Rodríguez. Poco después del mediodía el presidente Barrientos dio la orden de ejecutar al “Ché” Guevara. Existen dudas y versiones contradictorias sobre el grado de apoyo que la decisión tuvo por parte de Estados Unidos, pero lo cierto es que, tal como está registrado en el propio informe secreto de Félix Rodríguez, la CIA estaba presente en el lugar. Fue el agente Rodríguez quien recibió la orden de fusilar a Guevara y quien la transmitió a los oficiales bolivianos, así como fue él también quien le comunicó al “Ché” que sería fusilado. Antes de hacerlo, Felíx Rodríguez lo interrogó y le sacó del aula para tomarle varias fotografías, las últimas en las que aparece con vida.
Reacio como era, el “Ché” murió en una lucha formidable. De su diario en Bolivia se recopilan frases como “Dónde quiera que la muerte me encuentre, bienvenida sea”, “La juventud es la arcilla fundamental de la guerrilla” entre otras.
El pensamiento Guevarista es activo en estos tiempos, donde los fundamentos marxistas y comunistas lo apuntalan, sin embargo, ¿Quién es el “Ché” Guevara hoy en día?
Es un icono revolucionario, aunque desconocido, es considerado como la mayor figura juvenil del siglo XX y ha sido tanto el furor por él que se han comercializado boinas, puros y playeras con su imagen como estandarte.
La imagen impecable de aquella fotografía tomada por Alberto Díaz (Korda), fotógrafo del periódico Revolución, quien se encontraba en su labor durante los funerales de las víctimas del sabotaje al barco La Couvre en marzo de 1960 al lado de Jean Paul Sartre y Simeone de Beavouir. No fue una fotografía a propósito, el “Ché” Guevara aparecía en segundo plano. Ésta se mantiene guardada hasta que Giangiacomo Feltrinelli la solicita a Korda. Sería Feltrinelli el encargado de convertir en leyenda dicha fotografía.
En Argentina lo repudian y se autonombran “ches”, en Cuba vive como un prócer, murió llamándose Ramón y ante la negativa de ayuda de su amado Fidel, terminó pues, siendo ni argentino, ni cubano.
Posiblemente la leyenda del “Ché” tampoco haya sido a propósito, quizás fue un sujeto sin escrúpulos o tan estoico como se nos vende, lo que sí es certero es que “Los Hombres mueren, pero sus ideales no”.
Ya es nuestra labor que en el imaginario se mantenga como un ídolo POP o como un ejemplo de libertad. Yo he leído “El diario del Ché en Bolivia”, “Guerra de guerrillas”, múltiples biografías y he escuchado leyendas desde muchos lugares, de viejos y de jóvenes, imploro sus inmortales frases y ocupo playeras con su imagen, hablo por él, y es fecha que aún no se cuál es el Ché Guevara que vive.