28 oct 2011

La enfermedad mental y el legado del diagnóstico

El diagnóstico como limitante del tratamiento.


“La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco”
Salvador Dalí



¿Es el concepto de enfermedad un mal necesario dentro de los profesionales de la salud?

El concepto de enfermedad ha sido, desde siempre, una posibilidad de sanación, sólo a partir del diagnóstico aproximado de un conjunto de síntomas es que hemos podido alegar o intentar curar el mal que procede. Sin embargo pareciese que no todo diagnóstico ha sido de utilidad en la estructura mental.

La locura ha sido satanizada desde ya hace muchos siglos, tendríamos que remitirnos a los dairenes (barcos en los cuales se mandaban a altamar a los diagnosticados como locos) para entender como en un santiamén desaparecieron de la faz de la tierra tantos vagabundos, borrachos, prostitutas e indigentes. También sería necesario saber que en la primera mitad del siglo XIX la mayor parte de integrantes de los asilos estaban diagnosticados con esquizofrenia o por locura. Es entonces normal conjeturar que todo aquel deficiente social o decrépito mental entraría en este grueso.

¿El diagnóstico es entonces una herramienta fundamental?

En la historia de la psicología el diagnóstico es una herencia inconsciente de la psiquiatría fundamental, donde el DSM-IV sería el máximo esplendor de la necesidad de diagnosticar. Así todo trastorno tendría un lugar dentro de este libro diagnosticador: transtorno obsesivo compulsivo, de histeria común, esquizofrénico y hasta transtorno no especificado. Basta con cumplir una serie de requisitos sintomáticos para saber que todos nosotros somos ejemplos patológicos de algún transtorno.

¿Aquel que diagnostica tiene más posibilidades de curar?

La respuesta es igual de subjetiva que la pregunta misma, quien decide la cura, el paciente o el enfermo (del médico). La lectura de todos los casos clínicos de Freud nos pueden aproximar a una estructura de la personalidad más no nos dotará de una metodología para el tratamiento específico de alguna enfermedad, sin embargo, es común leer en viñetas y reportes el diagnósticos aventurados (a pesar de nuestros avanzados conocimientos) fundamentados en la escucha, en la similitud con nuestros casos o en la misma fantasía chamánica de algún día elaborar tan detallados historiales clínicos que, como tales, nunca curaron.

El diagnóstico entonces, es una posibilidad de curar la enfermedad, sin embargo curar mediante el diagnóstico es igual de enfermo que suponer que todos cabemos en el DSM-IV, sabiéndonos acomodar.
Bonne apettite

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